El accidente original / Paul Virilio ; [traducción, Irene Agoff]

Bibliografía: p. 161-163

De incidentes en accidentes, de catástrofes en cataclismos, la vida cotidiana pasa a ser un caleidoscopio en el que permanentemente nos enfrentamos a lo que aparece, a lo que surge de modo imprevisto, ex abrupto podríamos decir{u2026} Como explicaba Paul Valery en 1935: " En el pasado, casi lo único que aparecía como novedad eran soluciones o respuestas a problemas o preguntas muy antiguos, si no inmemoriales{u2026} Pero en nuestro caso, la novedad consiste en lo inédito de los problemas en sí, y no de las soluciones; en los enunciados, y no en las respuestas. De ahí esa impresión general de impotencia e incoherencia que domina en nuestros espíritus". Para Virilio somos víctimas de nuestro propio éxito o sea del progreso. Las proezas técnicas constituyen las promesas de catástrofes. Inventar el barco de vela o de vapor es inventar el naufragio; inventar el tren es inventar el accidente ferroviario{u2026} El pensador francés nos propone una reflexión en torno al progreso y la catástrofe como las caras de una misma moneda. "Pensar el progreso técnico es pensar el accidente". Pecado original o Accidente del origen, el comienzo es, como el fin, un límite y, al igual que la filosofía, tampoco las ciencias y las técnicas se salvan de esta tara original. En este ensayo, el autor de Velocidad y política examina el tema del accidente de los conocimientos y de la necesidad urgente, si no de un museo, al menos de un "conservatorio de catástrofes".

Tít. orig.: L'accident originel